Tratamiento de lifting facial
Esta terapia neurosensorial combina varias disciplinas, entre ellas, el shiatsu, la reflexología facial y el drenaje linfático. No sólo se estimula la capa superior de la epidermis, sino también las terminaciones del sistema nervioso, la musculatura subcutánea profunda y los meridianos de la medicina tradicional china.
Tiene como base el desarrollo que en Japón se da a todo aquello que tenga que ver con la estética en su variante manual, línea cosmética y demás aspectos a relacionados con el área de belleza. “Entre los beneficios destaca la elevación natural de la musculatura, la atenuación de las arrugas y líneas de expresión, la estimulación del colágeno y la elastina y la oxigenación de los tejidos”, explica Navarro, añadiendo que “el lifting japonés modela las facciones, levanta los rasgos y otorga densidad a los tejidos, permitiendo que la piel del rostro adquiera mayor luminosidad, esplendor y vitalidad”.
Gracias a la estimulación de ciertos puntos de acupuntura relacionados con la salud física y mental, este ritual de belleza basa su eficacia en la combinación de diferentes técnicas del reflexología facial. Se aplica sobre el rostro lo que podría llamarse gimnasia facial y aporta, además, bienestar y relajación, trabajando incluso el plano emocional. Y es que en la cara están representados una serie de puntos y zonas que actúan sobre el sistema nervioso central, y otros que están relacionados con el circuito eléctrico de los meridianos. Esta compleja red interna regula muchos de los procesos corporales. El objetivo del lifting facial es estimular manualmente esas zonas reflejas para regular los órganos vitales, restablecer el equilibrio hormonal y normalizar el sistema nervioso.
“Se estimulan los puntos de acupuntura del rostro relacionando las líneas del meridiano que unen los puntos y zonas de reflexología con el sistema nervioso central. Al trabajar la musculatura, se consigue activar la circulación sanguínea y disminuir las tensiones musculares”, afirma la especialista.
El tratamiento de lifting japonés paso a paso
- Antes de comenzar con las maniobras de digitopresión, se observa con atención la piel del rostro. Las alteraciones en la tonacidad cutánea, la palidez, la congestión o el aumento de la vascularización son indicios que alertan de la existencia de desequilibrios internos. Además, el tacto también juega un papel importante en el diagnóstico, ya que palpando el tejido se pueden localizar los bloqueos energéticos, origen de las alteraciones y de la aparición de signos de envejecimiento.
- Se limpia la piel con un desmaquillante a base de extracto de loto sagrado, poderoso antioxidante, junto a la acción del calmosensine, un complejo calmante que modera la sensibilidad de la piel, la deja fresca, limpia e hidratada.
- Posteriormente, se aplica un exfoliante a base de micro-perlas de jojoba, efectuando movimientos circulares durante tres minutos para fundirla con la piel. Las micro- perlas permiten una suave exfoliación para eliminar las células muertas que la asfixian sin producir irritaciones cutáneas y favoreciendo la renovación celular.
- Según las necesidades de cada persona, se aplica una mascarilla (con extracto de caviar si se quiere nutrir y reafirmar, de luminosidad si la piel está muy apagada, o con productos para la sensibilidad si se trata de una piel muy reactiva). Después, se hace el drenaje facial para limpiar las impurezas desde dentro.
- Tras el drenaje, se realiza un masaje de oxigenación, que consiste en levantar
cuidadosamente el tejido de forma manual. - A continuación, se aplica una crema que nutra y regenere la piel compuesta por extracto de caviar, vitamina A, E y C y ácido hialurónico.
- Se realizan digitopresiones, cuyos únicos instrumentos son los dedos, en zonas estratégicas de manera que se estimula el músculo, se desbloquea la energía, y se activan los puntos de acupuntura de los diferentes meridianos que pasan por el rostro.